Al llegar al torreón, que se distingue casi al centro de la imagen que antecede a este comentario, como hemos dicho anteriormente Bingham expreso su asombro:"Nadie me va a creer lo que mis ojos están viendo".Esta expresión revela no sólo su estado anímico ante el sorpresivo hallazgo sino algo que su mente venía elaborando posiblemente desde que llegó a la ciudadela: dar a conocer al mundo esta maravilla. Como en efecto así ocurrió: El hizo varios viajes a Machupicchu, recopiló información, hizo excavaciones, llevó a los Estados Unidos objetos transportables ( como de cerámica), con permiso del gobierno de turno. Luego de profundizar sus estudios publicó su libro "Machu Picchu" en 1930, dando a conocer al mundo. Se considera descubridor en un doble sentido: fue la persona que le quitó el manto boscoso que cubría toda la ciudadela y explicó al mundo con detalles científicos acerca de lo que se había encontrado. El descubrimiento anticipado de Agustín Lizárraga, de las familias que allí se afincaron no significaron propiamente descubrimiento sino simplemente hallazgo.
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