Parafraseando a José Domingo Choquehuanca, en su discurso pronunciado en homenaje a Simón Bolívar, diremos al Dr. Calero que su prestigio crecerá con el paso de los años, "como crece la sombra al declinar el sol". Pero en verdad, desde el homenaje que se le tributó durante su sepelio, cuyo recordatorio se muestra,han pasado varios años y en ese lapso su prestigio ha ido creciendo en la medida en que el pueblo constata que no hay después de él, así como no hubo antes, un juez del talento y talla moral del Dr. Alberto Calero Leiva. Hombre del pueblo que dio lo mejor de sí para servir a su pueblo, tanto en la magistratura como en la docencia. Es por esta razón que permanece en la memoria de que quienes tuvieron el privilegio de tratar con él y conocerlo. Como educador, supo impartir enseñanzas que que no sólo perduran en las mentes de sus discípulos, sino que continúan brindando luces a otras generaciones.
Dando un giro a la frase de Choquehuanca diremos que, el prestigio de Calero Leiva, crece como cuando la aurora raya el alba y el astro rey se va imponiendo progresivamente hasta darnos la plenitud de su iluminación.
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