Desde Cajatambo Perú.

viernes, 30 de enero de 2015

" EL CÓNSUL DE CAJATAMBO", Tradiciones Cajatambinas.


Puente de Piedra, junto al Palacio de Gobierno



 EL CÓNSUL DE CAJATAMBO.- Pocos saben, con seguridad, que Cajatambo alguna vez tuvo en Lima un "consulado" , que funcionaba sin burocracia y ad honoren, el el Distrito del Rímac, junto al Puente de Piedra, que está sobre el Río Rímac, y comunica el distrito del mismo nombre con El Cercado. Más precisamente, estaba casi frente a lo que entonces era el Estanco del Tabaco. No sé si hasta ahora, pero entonces la vía se llamaba Jr.Loreto. El encargado era el señor de Alejandro  Escobedo , que se hizo del cargo por la fuerza de las circunstancias y las múltiples necesidades que supo resolver, para lo cual contaba con la colaboración de quienes acudían con frecuencia a su taller de sastrería, que hacía las veces de oficina.  El era viudo y tenía dos hijos, uno llamado Luis y otro Levier. Este  último  heredó el oficio de su padre y también el local, mas no el cargo de Cónsul.
Escobedo, en el ejercido de su cargo, tenía como funciones orientar a los recién llegados de Cajatambo en cuanto a posibilidades de trabajo,  si de eso se trataba; de desplazamientos en la Gran Lima si había que ubicar alguna dependencia del Estado para trámites u otras necesidades o ubicar a algunos paisanos; ayudar a quienes lo solicitaran en la solución de asuntos personales. Al mismo tiempo obtenía información de los paisanos sobre la situación en Cajatambo, respecto de enfermos, fallecidos y diversos acontecimientos. Datos que le servían para suministrar a los numerosos visitantes, cuando eran requeridos. El consulado funcionó aproximadamente durante 20 años, de 1940 a 1960. Año en que empezó a decaer la salud de  Escobedo al propio tiempo que las comunicaciones con Cajatambo, se hacían cada vez mas fáciles debido a la aproximación de la carretera y luego a la llegada de la misma. Es necesario aclarar que estas atribuciones no fueron conferidas por gobierno alguno, sino que las funciones y la denominación se generó espontáneamente, en el trato cotidiano con sus amigos y conocidos, en mérito a  su vocación de servicio y a las actividades inherentes que venía realizando.
Sería largo enumerar los nombres de las personas que acudían a la sastrería para informar, informarse o brindar su colaboración. Aquí algunos de los más asiduos asistentes:  Peregrin Salazar, Esteban Fuentes Rivera Fontaine, Alfredo Salazar, Dr. Moisés Escobedo, Dr. Alberto Calero, Julio Hijar,  José Fuentes Rivera Arias, Dr. Mario Vizurraga, los hermanos Altez, Pedro León, Mario Céspedes, los hermanos Yanac ( sobrinos del andinista Apolonio), Atilio Lopez, Hugo Requejo, Raul Ticerán, etc. Muchos de ellos contribuyeron a que el "consulado" fuera tal.

sábado, 24 de enero de 2015

Tradiciones Cajatambinas: Las Chicherías.

Elaboración y Consumo de Chicha de jora en Cajatambo.- La elaboración de la Chicha en Cajatambo hasta los primeros años de la década de los 60 del siglo pasado, era en realidad una industria muy rentable, que dejaba muy buenos dividendos a quienes estaban inmersos en la elaboración y venta de chicha de jora. Personajes muy conocidos se dedicaban a este negocio. Entre las más conocidas, en el barrio de Antay (de Tambo no conocemos mucho pero sabemos que habían varias), que poseían establecimientos propios, podemos mencionar a la las Señoras: Olga Requena, Adolfina Gonzales, Elisa Reyes, Lucila Quinteros, Sabina Leiva, Sra. Loarte, Sra. Celestina  Retuerto, etc. En todas ellas las que atendían eran personas jóvenes, del sexo femenino, especializadas en la atención de los consumidores in situ y  pedidos para domicilio. Era necesaria  la experiencia en el trato con  clientes, porque había que vérselas muchas veces con gente que en el consumo llegaba a la embriaguez, porque solían agregar ron a la chicha.. Entre las personas que atendían en las chicherías de la calle Gorgor podemos citar a varias, solo por sus apelativos y no por sus nombres verdaderos, pues estos casi no se sabían públicamente y disculpen por eso: Macla, Usumuchca, Pildorita, Acucha, Orumanca, Toribia, Patuca, etc.
Esta última de las mencionadas nos merece unas lineas, por su alto espíritu de colaboración, por su apego al trabajo, su honestidad. Su nombre es Patrocinia, natural de Utcas. Trabajó hasta los años 50 del siglo pasado, al lado de la Sra. Sabina Leyva. Patuca tuvo cuatro descendientes: Antonia llegó a ser negociante mayorista en la antigua Parada, Silveria, de singular belleza, salió de Cajatambo dejando acongojado a más de uno,  Serapio que murió en un accidente, y Egustalio, que aprendió a reparar cocinas a gas de kerosene. 

En las chicherías no solo se vendían productos elaborados por las dueñas del establecimiento sino por otras personas, quienes oportunamente solicitaban turno en las respectivas chicherías. Estas tiendas eran muy  solicitadas y funcionaban prácticamente todos los días, por la gran demanda de la chicha, que se empleaba para asentar la comida en las viviendas, en la celebración de fiestas, cumpleaños y otras actividades sociales, en los centros de trabajo como eran mayoritariamente las chacras, donde existía la obligación de dotar al peón de su respectivo porongo de chicha, para que aplaque la sed durante sus labores.

Siendo este producto de mucha demanda, pues en todo el pueblo  habían veces en que se expendían la chicha en unas 15 o más tiendas a la vez. Entonces había mucha población en Cajatambo, todas las casas estaban habitadas y cada una de ellas con 6,8, ó 10 personas. Cada matrimonio tenía por lo general  entre 5 y 8 hijos.
Siendo así esta actividad de la venta  de la chicha había que  pagar impuestos por cada barril de este producto en venta. A este pago le llamaban CISA y se cancelaba en la Caja de Depósitos y Consignaciones, Departamento de  Recaudación. Al crearse el Banco de la Nación, esta entidad asumió tal función de recaudación.
Con la llegada de la carretera, la emigración de la población, el abandono de las chacras, la la gradual disminución del cultivo del maiz, la llega  en cada  fiesta de paisanos co nuevos hábitos etílicos, la inundacion del mecado con cerveza y otros licores,  y otros factores, el consumo cotidiano de la chicha en el pueblo fue disminuyendo hasta desaparecer. Hoy se prepara esta bebida en contadas ocasiones y en poquísima centidad.

viernes, 2 de enero de 2015

Runa Shimi en Cajatambo ?



 En esta foto figuran Gustavo   Fuentes Rivera y Adler Calero (ambos Cajatambinos), Jorge Cordero (ayacuchano), Gumercindo Norabuena (ancashino), y Antonio Leyva (huanncavelicano), durante una caminata realizada de Oyon  a  Cajatambo, en Octubre del 2010. En dicha oportunidad comprobamos, vez mas, que era imposible comunicarnos entre nosotros en lengua originaria de nuestros respectivos pueblos, pues el uno era diferente al otro y ninguno era verdaderamente Quechua.


La lengua primigenia de Cajatambo no fue el Quechua sino uno diferente, cuyo nombre no conocemos. Tal idioma en proceso de extinción, aun subsiste en ciertos reductos y es posible comparar, deducir y llegar a la conclusión de que no es el idioma de los incas, que está vigente en las regiones andinas del Sur de Perú.
 Los territorios y pueblos conquistados por los Incas tuvieron su propio lenguaje, asi como otros elementos culturales: religion, costumbres, creencias, supersticiones, etc. El nuestro tuvo lo suyo,qué  duda cabe. Lo que ocurre es que nuestros autores de textos escolares han olvidado o pasado por alto este tema, como ocurre  todavia actualmente. Por eso es que la mayoría de peruanos y estudiosos extranjeros también, creemos que en todo el territorio del imperio Inca desde siempre se hablaba el idioma Quechua  o Runa Shimi. Craso error. Antes del imperio existieron culturas muy importantes, tales como Chavin, Nasca, Paracas, Tiahuanaco, Mochica, entre muchos otros, incluyendo  los menos desarrollados,  que no eran pocos , como es el caso de  Cajatambo; es obvio que, como es natural,todos ellos tuvieran sus propios idiomas, religiones y demas elementos culturales . El idioma, como es obvio, no es algo que puedes cambiar a un pueblo entero; tendría que hacerse, si se pudiera, en un proceso muy largo de muchas generaciones. Y nosotros sabemos que el imperio no duró ni la tercera parte de la etapa colonial de nuestro país.Ningún   conquistador inca tuvo ese proposito, por el contrario se dispuso que continuaran con su propia lengua. Lo que se ordenó y se cumplió fue quelas  autoridades, que eran originarios del Cusco, tuvieran la obligacion de comunicarse con sus pares o supriores en idioma oficial, es decir Quechua. Por eso es que en todo el imperio quedaron algunas palabras del quechua , que dan la falsa impresión de que tal hubiese sido un idioma de uso generalizado. Lo que no es así.
Es bueno recordar un hecho lamentable en nuestra historia que corrobora nuestra afirmacion: el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, asi se llamó el gobierno de Velazco Alvarado, que trajo por tierra nuestra precaria economía y la inflación mas grande de nuestra historia, que alcanzó a vario gobiernos siguientes. Decía que es bueno recordar por lo siguiente: asesorado por consejeros no bien enterados del tema, el gobierno dio una ley para que el Quechua fuese la segunda lengua oficial del Peru y por tanto se implantaba la obligación de enseñar ese idioma en todo el territorio nacional y en todos los niveles, desde educación inicial hasta la universidad. Oh sopresa, se encontraron con que el llamado  quechua era una diversidad de lenguas con algunas palabras casi comunes y lo peor, nohabía  sino un solo profesor del verdadero Quechua, el prof. Demetrio Tupac Yupanqui.
        

jueves, 1 de enero de 2015

Tradiciones Cajatambinas: Juan Chamorro el Hipnotizador de Toros Bravos.




Ha de saberse, antes de abordar el tema propiamente, que en Cajatambo, antes de esta época, vale decir desde la instauración de la fiesta taurina  hasta dos décadas antes de la finalización del Sig.XX, esta actividad se llevaba a cabo enteramente con elementos del lugar, contrariamente a  lo que en la actualidad acontece. Los capitanes de la tarde se elegían entre los residentes del lugar, los comisarios de igual manera, así como los colaboradores de todo orden. Las donantes de víveres, reses, aves, ovejas, cuyes y demas elementos para la preparación de alimentos para el pueblo en general, idem; asimismo los donantes de chicha y licores en general, emergían de los cajatambinos ahí presentes. Los toros  de  lidia se traían de las haciendas Colpa, Shire, Quichas, Rancas de propedad de la familia Reyes, García, Zubiaur, etc. los toreros salían de entre los espectadores. Como no recodar a los hermanos Raúl y Teofilo Rivera Arias, haciendo la verónica y otras formas, a su padre Eutimio Rivera en el toreo a caballo. Como olvidar a  Teofilo Fuentes Rivera Castillo, augusto FuentesRivera Vega, Pelayo Fuentes Rivera Solís, muy aclamado por la afición. Ah, no olvidemos tampoco al profesor Ramón Hijar toreando brillantemente como lo hacen los profesionales en el tercio de las muletas, en este caso sin llevar a la muerte al animal.       
Dicho todo esto, añadiremos que la conducción de los toros bravos desde la estancia hasta corral de encierro era todo un espectaculo. Los encargados eran voluntarios de gran experiencia, especializados en arrear toros bravos, entre ellos recordamos a Teófilo Fuentes Rivera Castillo, Máximo Castillo Retuerto, Diógenes Ballardo, etc. Una vez los animales ya en Cajatambo, se los encerraba en un corral adyacente a la iglesia, que por entonces era un solar grande y cercado.






Aquí entra a tallar don Juan Chamorro, de oficio cotidiano molinero, pues tenía a cargo la administración y conducción del molino de doña Elisa Ballardo de Reyes, junto al puente Cusi Saca ( no cuchichaca), frente al molino de la comunidad de Antay ( por entonces funcionaban simultaneamente cuatro molinos). Juan Chamorro no era del lugar, se deduce por su dejo en el hablar el idioma nativo ( que no es quechua), pues tenía un acento mas bien huanuqueño, tal vez de Queropalca, Rondos, Baños, etc.; por entonces habían en Cajatambo muchos inmigrantes de estas procedencias.
El asunto de fondo, es que Juan Chamorro, entre los años 1950 Y 1960, aproximadamente, era un elemento vital en las corridas de toros. Era el encargado de sacar los toros del corral al ruedo. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, ingresaba solo y a pie firme con su cabestro en la mano, enlazaba al animal escogido y lo sacaba al ruedo como si fuese un manso toro arador, tirando de la cuerda, sin mayor esfuerzo ni aspaviento. Procedía luego a quitarle la soga de los cuernos y el  toro   quedaba a disposición de los toreros.
Durante el tiempo en que el animal de turno estaba en el ruedo, Chamorro permanecía en el mismo escenario a la espera del término del juego. En ocasiones el toro, impulsado por el ardor de la jornada, arremetía contra él, pero Chamorro se daba maña para disuadir al animal balanceando el cabestro enrollado en la frente del bravo. Terminado el turno, enlazaba al bravo y se lo llevaba de regreso al corral. Ese era el popular e infaltable Juan Chamorro. Como se ve, estaba dotado de un don especial para dominar a esta clase de animales. Cosa que si hemos visto en actividades relacionados con otros animales: jinetes que dominan caballos salvajes, domadores de fieras, etc. lo que nos lleva a pensar que Chamorro tenía un gran dominio de la psicología de ese tipo de animales, pero un dominio empírico, producto de la observación y de la experiencia, además de la condición innata.