Las Fiestas Taurinas en Cajatambo tienen larga data, mas no es fácil determinar en base a la memoria el momento y las circunstancias del inicio, si no es sobre la base de documentos escritos y otras fuentes serias. Sin embargo, todos los cajatambinos hemos visto y sabido los detalles de la fiesta taurina, como algo ya existente, sin preguntarnos ni averiguar desde cuándo. No obstante hay un detalle por aclarar: no siempre ha sido como se realiza hoy, donde prevalece el derroche y la ostentación. Antaño los responsables de organizar las fiestas, eran 2 voluntarios, uno por cada día, a los que denominamos "capitanes de la tarde", quienes aceptaban asumir la responsabilidad guiados por el entusiasmo y su popularidad en la localidad, sabiendo que de inmediato recibirían la colaboración de los amigos. Para tal efecto, una comisión recorría el cuadrilátero del toril, de baranda en baranda, buscando a quienes estuvieran en condiciones de aceptar esos cargos. Lograda la aceptación del compromiso se le colocaba una corona de flores artificiales sobre el sombrero, con lo que prácticamente quedaba sellado el trato, lo cual se cumplía. Los gastos para la preparación de los potajes tradicionales para todo el pueblo se cubrían, conforme a la vieja costumbre, con las donaciones en especies. Los toros venían de las haciendas cercanas como Shiri, Colpa, Rancas etc. Los toreros salían de las barandas del toril, eran aficionados generalmente caracterizados por su juventud y entusiasmo.
Desde la última década del siglo pasado hasta hace muy poco años, la asunción al cargo de "capitán de la tarde" se convirtió en algo competitivo, al punto de que se producía una especie de disputa por obtener la corona. Tal hecho ocurría porque organizar y desarrollar las fiestas se convirtió en una clara competencia, en donde cada capitán se esforzaba por demostrar que lo suyo contaba con nuevos elementos cada vez más espectaculares. La competencia llegó a elevar el rango de las fiestas taurinas al nivel comparable con lo que tradicionalmente se lleva a cabo en Acho: toreros nacionales y extranjeros de renombre, toros de casta, rejoneadores, banderilleros, todo ello dentro de un ruedo construido ex profeso. Además, viandas y licores en abundancia para todo el pueblo (unas mil personas). Un elemento que se instaló en estas fiestas y que no pasó desapercibido fue el afán por demostrar y lucir el poder económico de los encargados, fuese verdadero o ficticio tal holgura económica.
Quienes asisten con asiduidad a estas fiestas evalúan comentan, que la fiebre de la ostentación está llegando a su límite y ya no resulta tan fácil encontrar los voluntarios que se encarguen de la organización de estas fiestas.
En varios países de América Hispana, la corrida de toros
constituye una tradición. En cada pueblo se lleva a cabo
la fiesta taurina con caracteres particulares.
Ocongate 2014 (Cusco Perú)