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Puente de Piedra, junto al Palacio de Gobierno |
Escobedo, en el ejercido de su cargo, tenía como funciones orientar a los recién llegados de Cajatambo en cuanto a posibilidades de trabajo, si de eso se trataba; de desplazamientos en la Gran Lima si había que ubicar alguna dependencia del Estado para trámites u otras necesidades o ubicar a algunos paisanos; ayudar a quienes lo solicitaran en la solución de asuntos personales. Al mismo tiempo obtenía información de los paisanos sobre la situación en Cajatambo, respecto de enfermos, fallecidos y diversos acontecimientos. Datos que le servían para suministrar a los numerosos visitantes, cuando eran requeridos. El consulado funcionó aproximadamente durante 20 años, de 1940 a 1960. Año en que empezó a decaer la salud de Escobedo al propio tiempo que las comunicaciones con Cajatambo, se hacían cada vez mas fáciles debido a la aproximación de la carretera y luego a la llegada de la misma. Es necesario aclarar que estas atribuciones no fueron conferidas por gobierno alguno, sino que las funciones y la denominación se generó espontáneamente, en el trato cotidiano con sus amigos y conocidos, en mérito a su vocación de servicio y a las actividades inherentes que venía realizando.
Sería largo enumerar los nombres de las personas que acudían a la sastrería para informar, informarse o brindar su colaboración. Aquí algunos de los más asiduos asistentes: Peregrin Salazar, Esteban Fuentes Rivera Fontaine, Alfredo Salazar, Dr. Moisés Escobedo, Dr. Alberto Calero, Julio Hijar, José Fuentes Rivera Arias, Dr. Mario Vizurraga, los hermanos Altez, Pedro León, Mario Céspedes, los hermanos Yanac ( sobrinos del andinista Apolonio), Atilio Lopez, Hugo Requejo, Raul Ticerán, etc. Muchos de ellos contribuyeron a que el "consulado" fuera tal.