EL OLVIDADO CAPULÍ DE CAJATAMBO

Del menosprecio al trono: el dorado capulí de Cajatambo.- Hoy reconocido en el mundo como ahuaymanto  y su nombre científico Physalis Peruviana Linnaeus. No es que sea una planta nativa exclusiva de Cajatambo, pero aquí todos los niños hemos disfrutado, en nuestro momento, de esta delicia que florecía en el campo como parte de la flora silvestre. Estamos hablando de hace siete décadas o más. Por aquellos años a nadie le interesó investigar para conocer sus propiedades curativas  y nutritivas que,según se dice ahora, son muchas y científicamente probadas. A ningún curioso,  ni por casualidad, se le dió por cultivar esta planta cuyos frutos son de sabor muy delicioso y su aspecto dorado bastante atractivo. Con la ventaja de que,a diferencia de otros frutos, están provistos de una capucha que impide la contaminación y la picadura de insectos.  Esta planta la encontrábamos en los pastizales, en la orilla de las chacras, expuestas a los rigores del tiempo, a la depredación por los animales, etc. En Gajapampa, Chuchuhuilca, Laquiar, Siscán, Tuntur y por todas partes había; ciertamente no en abundancia, pero lo suficiente como para no permanecer ignorada. En la actualidad esta planta ha sido rescatada en otros lugares del país, se cultiva  con gran éxito y sus frutos se vende en los supermercados a precios elevados, se exporta a muchos países; se consume en diversas formas; constituye una fortuna para quienes se dedican al cultivo, a la obtención de derivados y a la comercialización. Es un premio a la iniciativa y la perseverancia. "Aquien Dios se la diere, San Pedro se la bendiga".

.El nombre común capulí, con que conocemos esta planta, al parecer proviene de la palabra capucha; que es la prenda añadida a la sotana  (por entonces no había más), con la cual los sacerdotes se cubrían  la cabeza. Quien bautizó con tal nombre a esta planta, fue alguien con mucha imaginación que encontró  similitud entre esa gorra y la envoltura del fruto.